En el emocionante viaje del emprendimiento, es común tener ideas brillantes que podrían convertirse en un próspero negocio. Ya sea el descubrimiento de una demanda insatisfecha en el mercado de alimentos y bebidas o la concepción de una innovadora aplicación digital, estas ideas requieren inversión para florecer. Aquí es donde entra el inversionista, aportando el capital necesario para dar vida a nuestras visiones.
Sin embargo, con la necesidad de compartir nuestra idea para obtener respaldo financiero, surge la preocupación de proteger la información crucial. La solución a esta inquietud es un Acuerdo de Confidencialidad, un complemento esencial al contrato principal que establece las bases para resguardar la información relacionada con el desarrollo de la idea.
Acuerdo de Confidencialidad
Este acuerdo, al ser un contrato formal, implica ciertos elementos clave. Debe detallar claramente la identidad de las partes involucradas, su función en el contrato, la naturaleza de la información protegida y las consecuencias en caso de incumplimiento. Además, es fundamental incluir una cláusula penal, especificando las sanciones económicas en caso de revelación no autorizada de la información protegida.
La cláusula penal es de suma importancia, ya que establece las consecuencias financieras si el inversionista traiciona la confianza depositada al divulgar información confidencial o incumplir condiciones acordadas. Esta sanción económica es independiente de posibles indemnizaciones por daños y perjuicios, que pueden reclamarse en los tribunales correspondientes.
En la redacción del contrato o acuerdo de confidencialidad, se debe seguir el principio de literalidad, siendo lo más explícito posible. Es aconsejable contar con la asesoría de un abogado especializado en derecho civil para garantizar la robustez del documento.
Es crucial diferenciar entre un contrato de confidencialidad y uno de no competencia. Mientras el primero protege la información sensible, el segundo impide al inversor utilizar la idea del negocio después de haber cumplido con su patrocinio.
Presentar el contrato de confidencialidad en el momento adecuado es también clave. La prisa puede dar una impresión negativa al inversionista, pero la demora podría resultar en la revelación de información vital antes de la firma. La estrategia ideal es presentar el acuerdo junto con el contrato principal, permitiendo que ambos se firmen de manera conjunta.
En Manrique & Abogados, ofrecemos asesoramiento experto sobre contratos de confidencialidad y otros documentos clave en el desarrollo empresarial. Nuestra experiencia en la mesa de negociación respalda el éxito de numerosas empresas asesoradas. Confía en nosotros para proteger tu innovación y guiar tu emprendimiento hacia el éxito.
